
No recuerdo desde cuándo, pero el insomnio se hizo parte de mi vida, cada noche despertaba a las 3:00 o 4:00 de la madrugada y ya no volvía a dormir. Eso no me preocupaba, porque esas horas eran muy productivas para mí, las utilizaba para deleitarme leyendo, pensando, recordando o divagando. Amanecía y empezaba mi día sin ningún síntoma ni signo de cansancio.
Pero mi médico me alertó, me dijo que si bien era cierto que por ahora no sentía que afectaba mi estado general, eso no era normal y que tarde o temprano iba a resquebrajarse mi salud o que era ya un efecto de un estado emocional anormal. Pero pese a sus argumentos, me negué a tomar medicación.
Claro que el médico tenía razón, todo insomnio es patológico, las horas de sueño son fundamental, todos sabemos eso. Y el mío era el primer efecto de todo lo que estaba por explotar desde mi interior. El hecho es que mi salud se deterioró irremediablemente aún luego de haber logrado solucionar el problema emocional que lo había causado; ya el daño estaba hecho. Poco después que recuperé mi paz interior, mágicamente el dulce Morfeo volvió a mi cama y mi ciclo de sueño se normalizó. Claro que eso en un futuro, es muy positivo, mi salud se beneficiará y podré vivir más y mejor.
Todo bien, sino fuera porque extraño tanto a mi querido Insomnio, mi compañero de cada noche, el que me permitía tener horas para mí sola, el que me hacía disfrutar del silencio, de la paz, de mis lecturas favoritas, de mis recuerdos adorados, de mis pensamientos y mis platicas conmigo mismo. Extraño tanto eso, poder alargar mis días que de por sí son cortos y caóticos, porque eso de trabajar en un hospital y ser ama de casa, no da mucho tiempo para uno mismo.
Confieso que he intentado hacer que regrese, que venga a visitarme como cada noche lo hacía, me despierto a la madrugada como un reflejo residual adquirido, pero no logro mantenerme despierta, el sueño me vence, parece que él y la paz mental no son compatibles, ahora ya no puedo disfrutar de algo que amaba. No, si la vida no es nada perfecta. Si estás bien con una cosa, otra cosa no lo está.
En fin, ahora tengo más horas de sueño, pero menos horas para mis sueños poder crear y disfrutar.
Me gusta:
Me gusta Cargando...