Un día te cruzaste por el sendero de mis sueños
emergiendo por un mar transparente de nubes blancas
tus ojos me descubrieron fijándome en tu mirada
con la insolencia y seguridad de saber lo que buscabas
tu reflejo destellante susurró cantos en mis ojos
mientras tu alma se sumergía en mi noche alada.
Deslumbraste mi alma como alumbra
el reflejo del sol sobre el manto frío del mar
más allá de la razón y sin siquiera imaginar
el infinito universo que me habitaba ya.
Aquí donde la letras se transforman en fuego
y se confunden ternura, deseo, pasión y juego.
Aquí donde puedo sentir cómo
tus ojos cambian de expresión
y tu mirada sensual y penetrante
desnuda mi timidez en un instante.
Aquí donde siento a mi vida oscilar bajo tus manos
como una promesa de llegar a la eternidad.
Y me entrego y te entregas
y me rindo y te rindes…
nos…
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