Están esos momentos fieles,
sencillos, los que a simple vista
parecen desapercibidos, pero que
en los momentos difíciles aparecen
y evitan que me derrumbe.
Esos momentos
que no me abandonan aunque
el dolor sea inmisericorde,
que me mantienen firme
en la decisión de rehusarme
a olvidar, todo lo que un día
fue un verdadero bálsamo
en mi vida.
Benditos momentos
que esperan pacientes,
que pueden durar
un segundo o un todo,
que se quedan guardados
y aguardando para salir y
resucitar sonrisas agonizantes.
Madre mía, me encanta. Un abrazo
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Alegran mucho tus comentarios y esa espontaneidad al expresarlos.
Un honor que te guste.
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siii
de todos se aprede…
pero ESOS NOS DAN VIDA
:))
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Momentos que se quedan en la memoria, y nos permite una vida mas armoniosa.
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Y que siempre nos evocan una sonrisa.
Feliz viernes para ti Rubén.
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Es que esos momentos, que podrían parecer ajenos, en realidad forman parte de lo más íntimo de nosotros. O quizá mejor dicho, estamos preparados para saber apreciar algo invisible para los demás: unas palabras o un gesto o una mirada o una sonrisa de alguien, un hecho aparentemente irrelevante, o un haiku bellísimamente escrito 😉
Son cosas que te arreglan un mal día.
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Lo importante es estar atentos a esos momentos y no pasar de ellos. Gracias por tu compañía.
Que tengas un bello día.
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Muchas gracias a ti por regalar momentos como aquellos a los que te refieres en esta entrada. Y gracias también por tu deseo: lo mismo espero para ti y para tus lectores. Un abrazo
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